sábado, 20 de noviembre de 2010

Un día en la playa


Solo con pensar en ese momento tan especial me revuelve el estómago y se me pintan de color rosado las mejillas. Cada vez que pienso en el crepúsculo que nos hizo perdernos en el mar, ese día solo se describe con una palabra que no existe.
Me buscas por toda la ciudad, cuando te vi llegar donde pintaba las olas de color morado, pensé que algo malo pasaba, ya que nunca te habías percatado de mi presencia. El corazón cada vez me palpitaba más fuerte y las olas rompían contra el acantilado más rápido que nunca pero todo eso desapareció cuando tu rostro de cansado cambio al de complicidad.
CONTINUARA...

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